lunes, 23 de mayo de 2011

Palestina: en donde lo cotidiano se torna pesadilla



           Durante más de sesenta años se ha visto en la prensa a periodistas, a todo tipo de comentaristas y a los políticos occidentales denunciar la violencia del movimiento nacional palestino. Ante ese brutal aplastamiento de la otra voz, quién de nosotros no ha sentido el deseo en algún momento de nuestras vidas de saber qué pasa verdaderamente en Palestina. Es algo así como una necesidad existencial, es un querer ver por detrás de esa la locura interminable que nos presentan los medios de comunicación al servicio del imperialismo yankee; es querer saltar sobre el muro (también lo construyeron de concreto armado) hecho por esos “medios serios” y que lo han llamado verdad, objetividad e imparcialidad, porque de su presencia emana un tufo que nos obliga a ponerlo, para desgracia del periodismo, bajo sospecha como dice el diputado Earle Herrera.

           El pasado domingo 15, como en algunos relatos kafkianos donde lo cotidiano se torna pesadilla, una vez más el Estado sionista de Israel, creado por la resolución de la ONU de 1947 (que descuartizó a la Palestina histórica, y que sustenta su existencia y anhelo de pertenencia sobre el territorio de Palestina en una de las tantas interpretaciones bíblicas), muestra una vez más su desprecio por una manifestación palpable de pertenencia y añoranza hacia el mismo territorio de las personas que expulsaron hace 63 años junto a sus descendientes. Ya sabemos el resultado: decenas de palestinos muertos y heridos con su secuela de destrucción y sufrimientos. Así se conmemoró el Día de la Nakba este año.

          El Estado sionista de Israel, que se ha especializado en la práctica del asesinato selectivo, asesina también en masa sin ningún temor cuando se trata de palestinos, pero jamás será condenado por el Consejo de Seguridad de la ONU porque cuenta con el veto de USA. Son incontables sus agresiones no sólo a los palestinos sino también a sus vecinos. ¿En cuántos crímenes ha estado involucrado el Estado sionista de Israel y la ONU nunca lo ha tocado ni con el pétalo de una rosa? Israel se da el lujo de ser un Estado altamente militarizado, con arsenal atómico, sin fronteras definidas para seguir expandiéndose y utiliza abiertamente el terrorismo de estado. Todo un prontuario ante el cual Consejo de Seguridad voltea hacia otro lado, donde sí es severo, y ha llegado hasta el cinismo como ahora, cuando a nombre de la comunidad internacional autorizó a la OTAN para que bombardee incluso objetivos civiles en Libia, donde ha matado niños, mujeres, ancianos y hasta clérigos “para salvar civiles inocentes” en un apoyo descarado a una de las partes en la actual guerra civil de esa nación árabe, prestándose una vez más a pisotear el derecho de los pueblos a la autodeterminación.

Por: Irán Aguilera Abad

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